CONVIVENCIA
EN LAS ORGANIZACIONES: ROL, JERARQUÍA, AUTORIDAD, PODER, INFLUENCIA,
OBEDIENCIA Y EXCEPCIÓN A LA OBEDIENCIA JERÁRQUICA
Por:
Elvis Chacin
La
sociedad moderna es principalmente una sociedad de organizaciones, de
las cuales el hombre depende para nacer, crecer, vivir y morir. Estas
organizaciones se diferencian entre sí, en distintos aspectos o
criterios y requieren de sus participantes determinadas
características de personalidad; permitiendo la participación
simultánea de una persona en varias organizaciones, en las cuales
puede desempeñar variados roles. Se puede entender como rol, la función que cumple cada persona en determinado lugar y espacio de la
sociedad.
La convivencia en las organizaciones o empresas depende de ciertos aspectos sociales y esta relacionada directamente al rol que debe cumplir cada miembro de la misma, para ello debe existir un orden jerárquico, ya que este organiza el nivel de influencia de cada miembro. Entendiéndose como influencia la habilidad de ejercer poder sobre alguien, teniendo en cuenta el nivel jerárquico de sus integrantes.
La
jerarquía establece un orden ascendente o descendente de autoridad,
dentro de una organización y esta ligado al poder. El poder en este
caso puede ser económico o social, el social se refiere a la
capacidad de un individuo de inducir o influir en las opiniones o
acciones de otras personas o grupo mientras el económico se
encuentra ligado a la disposición por parte de un patrono de los
recursos monetarios o materiales que posea la organización. Quien
ocupa las posiciones más altas de la escala jerárquica, tiene mayor poder sobre los demás y sobre los recursos disponibles. En
cuanto a la autoridad, esta se define como la potestad de tomar
decisiones y la obligación correlativa de ser obedecido por otros
que se encuentren subordinados a su mando. Es claro que sin
obediencia no existe la autoridad.
Para
que existan ciertos niveles de convivencia dentro de una organización
se debe tener en cuenta el factor obediencia que brinde cada miembro
a su jefe inmediato, el cual es fundamental para favorecer las
relaciones laborales. Las
empresas
son
organizaciones jerárquicas. En una estructura simplificada, el dueño
es quien ocupa el lugar más alto de la jerarquía, por lo que nadie
toma decisiones sin su debida autorización. Debajo se ubican los
gerentes, los jefes de divisiones y finalmente los empleados sin
nadie a cargo. Estas divisiones jerárquicas suponen que quienes se
encuentran en las categorías inferiores deben obedecer a sus
superiores. La
obediencia es una actitud responsable de colaboración y
participación, importante para las buenas relaciones, la convivencia
y el trabajo productivo en cualquier organización.
Una
de las cosas que más nos cuesta, es someter nuestra voluntad a la
orden de otra persona. Vivimos en una época, en la cual, la mayoría
siente rechazo a cualquier forma de autoridad, así como a las reglas
o normas establecidas, que todos deberíamos cumplir. Parece
entonces, que el problema no radica en las personas que ejercen una
autoridad, tampoco en las normas creadas para mantener el orden, la
seguridad y la armonía entre las personas, por lo cual esta dentro
de nosotros mismos. No podemos negar que en algunas ocasiones
obedecemos gustosamente, pero lo hacemos por la simpatía que tenemos
hacia quien lo pide, o definitivamente porque no nos cuesta trabajo
cumplir con la encomienda. Entonces cabe preguntarnos si la
obediencia en nosotros es un valor o es una postura que tomamos de
acuerdo a las circunstancias.
Debe
quedar claro, que la obediencia no hace distinciones de personas y
situaciones, para que sea realmente un valor, debe ir acompañada de
nuestra voluntad de hacer las cosas, agregando nuestro ingenio y
capacidad para obtener un resultado igual o mejor de lo esperado. Por
tanto, el obedecer es un acto consciente, producto del razonamiento,
discriminando todo sentimiento opuesto hacia las personas o
actividades.
La obediencia requiere docilidad, traducida en seguir
fielmente las indicaciones dadas. Si consideramos que algo no es
correcto podemos expresar nuestro punto de vista, pero nunca hacer
algo distinto o contrario a lo que se nos ha solicitado. En algunos
casos y circunstancias, las personas que tienen autoridad pueden
solicitar acciones contrarias a la dignidad de las personas y ajenas
a los principios morales, como mentir, calumniar, robar, entre otros; en estos casos, no estamos obligados a obedecer porque nos convertiríamos en cómplices de acciones reprobables, de las cuales no nos gustaría
ser los afectados, entendiéndose estas, como excepciones a la
obediencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario